Reseña de La química del odio

Sinopsis

¿QUÉ HARÍAS SI, TRAS HABER SOBREVIVIDO A LA QUE CREÍSTE QUE ERA LA PRUEBA MÁS DURA QUE PODÍAS SOPORTAR, EL DESTINO TE LLEVARA OTRA VEZ AL LÍMITE?

Para la inspectora jefa Ana Arén no hay tregua: después de que resolviera el caso que prácticamente acabó con ella, deberá enfrentarse a un reto endiablado, el asesinato de una de las mujeres más famosas de España.

Siempre cuestionada por su superior, al frente de un equipo que aún no confía en ella y con el foco mediático sobre la investigación, Ana se ve de nuevo ante un crimen aparentemente irresoluble en el que el tiempo y el pasado se empeñan en jugar en su contra.

Tras el éxito de No soy un monstruo (Premio Primavera de Novela 2017), traducida a varias lenguas y que será llevada a la pantalla, Carme Chaparro se consolida con La química del odio, su segunda novela, como una de las autoras más interesantes y arriesgadas del thriller en español.

Reseña

Se puede decir que la historia comienza donde terminó la anterior novela, porque la inspectora jefe Ana Arén vuelve a la acción e intenta reconducir su vida profesional y personal tras lo ocurrido en el pasado. En esta ocasión tiene ante sí un caso con mucha presión mediática en todos los ámbitos, pues se trata de la duquesa Mónica Spinoza, una persona bastante influyente en el país.

El asesino es un psicópata que al principio te hace odiarle por la manera en que elige a la víctima y a la vez tienes pena (eso es lo que yo he sentido) porque retrata muy bien ese acto de obsesión y misoginia llevada al extremo, para hacer fluir la novela y recrear bien ese sentimiento de odio.

La inspectora jefe Ana representa muy bien el papel de la mujer policía que intenta hacerse un hueco en un mundo de hombres, es un personaje a quien acabas tomándole cariño tanto por su cercanía con el resto de policías como por acercarse a los escenarios de los crímenes sin tener necesidad de hacerlo, puesto que es la jefa.

A su lado destaca un excompañero de otro distrito, llamado Nori, y su compañera Charo; en estos dos personajes quizás podamos ver un poco de comedia para esta novela, aunque siempre sin dejar de lado el tema del odio.

Según vamos leyendo la obra nos puede recordar grandes casos mediáticos como por ejemplo el caso de Diana Quer.

Es una novela que recomiendo leer porque vamos a ir descubriendo personajes secundarios que nos desvelarán sorpresas, y su lectura es muy fácil.

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